Negocios Verdes, la revolución de los negocios en el siglo XXI

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3/8/13

EXTRACTO. TOMADO DEL LIBRO NEGOCIOS VERDES.


1. LAS EMPRESAS, CONSUMIDORES Y EL GOBIERNO EN EL CONTEXTO DE LOS NEGOCIOS VERDES.


1.1. EL DEBATE SOBRE LAS EMPRESAS VERDES


Un estudio elaborado por el Environmental Change Institute de la universidad de Oxford concluyó que el compromiso corporativo hacia prácticas verdes influye cada vez más en la conducta de compras de los consumidores. Ya en algunos países se estima que cerca del 79% de los consumidores prefiere comprar en compañías que hacen lo posible por reducir el impacto en el  medio ambiente[i].

Sin embargo, alrededor del término empresas verdes se generan mucha controversia en la actualidad. Empresas verdes es una palabra que genera mucha discusión y grandes debates, en los cuales se enfrentan gerentes de marketing y ecologistas; pues el término en muchos casos no hace honor a la realidad.

¿Cuando se genera la discusión?, tomemos el caso de  Toyota, una tantas empresas que elaboran productos verdes: la empresa Toyotá, fabricó un auto  ecológico (Prius, toyata volta) la pregunta que surge es, ¿Debe considerarse a Toyota una empresa verde?

¿Cuál  es la definición de empresas verde? Es muy complejo dar una definición de cuando se considera que una empresa es verde; porque seguramente muchos optarán por el los extremos en sus posiciones; por ejemplo para Daniel Goleman (2009) en la actualidad hay pocas empresas que pudieran considerarse verde. 

¿Pero, qué es lo que define a una empresa verde?

Ofreceré algunos de los argumentos que esgrimen muchos autores, comentaristas, empresarios y demás personas afines al mundo de los negocios.

Argumento 1. Si una empresa hace un producto verde, la empresa es verde.
Este argumento es problemático porque, habría que preguntarse cómo se está entendiendo el termino producto verde,  puesto que hay productos que se consideran verdes basados en su desempeño ambiental al ser puestos en operación, por ejemplo una nevera que gasta el 50% menos de energía y además funciona con energía alternativa; esto sería un producto considerado amigable con el ambiente, y a la empresa que lo elabora se le podría considerar Verde, y quizás aparecer en el ranking de empresas verdes; sin embargo un exploración a fondo de este producto, puede involucrar como criterio el análisis de la CUNA A LA TUMBA (análisis del ciclo de vida) o lo que es mejor de la CUNA A LA CUNA (Cradle to cradle, concepto desarrollado por  Michael Braungart y William McDonough, 2005) que implica un análisis del ciclo de vida íntegramente verde, de estos análisis se podría desprender que el proceso de elaboración de la nevera es altamente contaminante por los residuos que envía al medio natural o el consumo excesivo de recurso producto de un deficiente diseño.

En consecuencia el calificativo de verde que tenia esta empresa queda en entredicho, y seguramente, después del análisis ya no quedaría en el listado de empresas verdes.

Se infiere entonces, que la simple elaboración de un producto con buen desempeño ambiental no hace que a una empresa se le aplique el calificativo de verde. El asunto va más allá. Las empresas de la industria automovilística no podrían llamarse verdes, simplemente por hacer un auto que no contamina el aire, puesto que esa industria tiene otros procesos convencionales que no producen autos ecológicos, y en esencia, es porque el ciclo de vida de la elaboración de estos productos podría ser contaminante. Lo  cual no excluye que en el futuro lo sean.

Argumento 2. Si apoya a una causa medioambiental con financiación la empresa es verde.
Muchas empresas deciden financiar causas medioambientales con el fin de parecer verde, es lo que muchos llaman pintarse de verde, sin embargo, el fondo es básicamente el mismo, siguen siendo conflictivas con el ambiente.

Apoyar una causa medioambiental es loable, y bien recibido por los consumidores y por la comunidad empresarial; no obstante, eso puede aplicar para un reconocimiento de responsabilidad social empresarial, pero no pone a la empresa que lo  haga en el pedestal de empresas verdes.

Aun mas ni siquiera en la categoría de responsabilidad ambiental empresarial, si una empresa desea ser percibida como responsable con el ambiente, no puede transferir esa responsabilidad a otros financiando causas medioambientales; aquí radica el problema de muchas empresas, creen que apoyando una causa medioambiental ya se libraron de las responsabilidad que está directamente asociado a su operación.

Empresas que dedican el 5% de sus ventas a causas medioambientales, no por ello deben ser consideradas verdes, el concepto de verde no se compra, es un desempeño y accionar per se (por si misma), in si tu (en su proceso de producción) y ex situ (por fuera de su operación, es decir, en el desempeño de sus productos).



Argumento 3. Si todos los productos de una empresa son verdes la empresa es verde.
Este argumento es una versión ampliada del primero, más contundente, pero no por ello totalmente valido.

¿Qué pensaría usted de una empresa que solo fabrica productos que funcionen con energía alternativa? y que estos productos son biodegradables y /o reutilizables?, seguramente por fuerza de los argumentos habría que considerarla verde. Pero es posible que solo tengan productos verdes, pero que la empresa en un análisis integral no sea verde.

En tal sentido, conociendo de la complejidad de una empresa para ser considerada verde tendremos que volver a proponer la necesidad de grados/niveles de amistad con el ambiente, y en consecuencia comprender que al llamar a una empresa verde no necesariamente indicamos que lo sea 100%, sino que está en el rango verde, en tránsito al verde total.

Ver diagrama.



Grafica Nro. 1. Diseñado por RIVAS José Fredys. 2010.


1. 2. CRITERIOS PARA CONSIDERAR UNA EMPRESA VERDE

Como hasta el momento hemos comentado sobre la necesidad de ser ecoeficiente que tienen las empresas que se dicen verde, amparadas en el hecho de fabricar productos con buen desempeño ambiental, también es preciso indicar, que la ecoeficiencia de la empresa solamente no la hace integralmente amigable con el ambiente, se precisa que  el uso de insumos u materiales, así como sus productos en sí mismo, sean amigables con el ambiente; en consecuencia la empresa debe reunir tres ítems desarrollados por Fiksel, 1997. Ver a continuación


1.2.1. El triangulo coherente de empresas verdes.

               
Si bien es cierto que pocas empresas cumplen con todos  los requerimientos sugeridos para denominarlos empresas verdes, en este modulo, le asignaremos tal categoría comprendiendo que estas empresas están en tránsito y se mueven hacia el cumplimiento de los requerimientos ambiental; no obstante, si es importante describir los tres postulados en que se basa la categoría de empresas verdes.

1.      Utilización racional/sostenible/sustentable de recursos. En tal sentido se busca: que los materiales, insumos y demás  elementos que usa la empresa provengan de fuentes renovables, o que hayan sido obtenidas en procesos de aprovechamiento sostenible. Sin embargo, el asunto es más que eso, se requiere que proveedores de la empresa consuman menos insumos y materiales por unidad de valor producida.  Se requiere menos uso de materiales en los procesos de producción.

2.      Procesos más limpios: La empresa debe innovar, crear y desarrollar  tecnologías más limpias y procesos de producción mas ecoeficientes de forman que generan menos contaminación y residuos. La empresa en su operación debe usar productos amigables con el ambiente, no puede ser que una empresa que se dice verde, esté gastando excesiva energía por no usar productos con ventaja ambiental en el ahorro de energía. En el mismo sentido, los sistemas de consumo por ejemplo de agua deben racional.

3.      Productos más limpios: Se pueden obtener modificando el diseño y la composición de materiales de los productos de forman que sean operativamente amigables con el ambiente, y en efecto generen menos contaminación y residuos a lo largo de su ciclo de vida.


Este trinomio se puede ilustrar en la siguiente figura.




Grafica Nro. 2. Diseñada por RIVAS José Fredys, 2010.


1.      Productos que provienen de la utilización sostenible de recursos. Note que la base sobre la cual descansa en el triangulo son los recursos que se usan racional y sosteniblemente.

2.      Productos que se realizan en un proceso amigable con el ambiente.

3.      Productos que operativamente son amigables con el ambiente; generan menos residuos y contaminación a los largo de su ciclo de vida.


Algunos de los aspectos medioambientales que debe implementar una empresa que se dice verde o se pretenda validar como tal, fueron plasmados en la Carta Empresarial para el desarrollo sostenible, promovida por la Cámara Internacional de Comercio (2001). Principios de Gestión Medioambiental.




Carta Empresarial para el desarrollo sostenible, promovida por la Cámara Internacional de Comercio (2001). Principios de Gestión Medioambiental.
1
Prioridad corporativa
2
Gestión integral (Integral las políticas, programas y prácticas en cada negocio
3
Proceso de mejora
4
Formación de los empleados
5
Evaluación previa: Evaluar los impactos medioambientales antes de empezar un proyecto y antes de abandonar una instalación
6
Productos y servicios: No producción de impactos ambientales indebidos. Seguridad en la utilización para la que ha sido prevista. Eficiencia en el consumo de energía y recursos. Puede ser reciclado, reutilizado o desechado de forma segura.
7
Consejos al cliente
8
Instalaciones y operaciones.
Uso eficiente de energía y materiales
Uso sostenible de los recursos naturales
Minimización de impacto medioambientales adversos y de la generación de residuos
Vertido de residuos responsables  y seguro
9
Investigación
10
Enfoque preventivo
Modificar la fabricación, marketing  o utilización de los productos o servicios de una manera consistente, con los conocimientos científicos  para prevenir el deterioro medioambiental.
11
Contratistas y proveedores
12
Preparación de emergencias
13
Transferencia de tecnologías
14
Contribución al esfuerzo común
15
Aptitud abierta a las preocupaciones sociales
16
Cumplimiento y proceso de información


1.3. LAS NORMAS ISO 14001 Y LAS EMPRESAS VERDES[1]

Las normas formalmente establecidas para determinar si una empresa es verde o no, están definidas en la serie ISO 14000. ¿Qué son las normas ISO? Constituyen un conjunto de documentos de gestión ambiental que, una vez implantados, afectará todos los aspectos de la gestión de una organización en sus responsabilidades ambientales y ayudará a las organizaciones a tratar sistemáticamente asuntos ambientales, con el fin de mejorar el comportamiento ambiental y las oportunidades de beneficio económico.

Los estándares son voluntarios, no tienen obligación legal y no establecen un conjunto de metas cuantitativas en cuanto a niveles de emisiones o métodos específicos de medir esas emisiones. Por el contrario, ISO 14000 se centra en la organización proveyendo un conjunto de estándares basados en procedimiento y unas pautas desde las que una empresa puede construir y mantener un sistema de gestión ambiental.

En este sentido, cualquier actividad empresarial que desee ser sostenible en todas sus esferas de acción, tiene que ser consciente que debe asumir de cara al futuro una actitud preventiva, que le permita reconocer la necesidad de integrar la variable ambiental en sus mecanismos de decisión empresarial.

La norma se compone de 5 elementos, los cuales se relacionan a continuación con su respectivo número de identificación:

  • Sistemas de Gestión Ambiental (14001 Especificaciones y directivas para su uso – 14004 Directivas generales sobre principios, sistemas y técnica de apoyo.)

  • Auditorías Ambientales (14010 Principios generales- 14011 Procedimientos de auditorías, Auditorías de Sistemas de Gestión Ambiental- 14012 Criterios para certificación de auditores)

  • Evaluación del desempeño ambiental (14031 Lineamientos- 14032 Ejemplos de Evaluación de Desempeño Ambiental).

  • Análisis del ciclo de vida (14040 Principios y marco general- 14041 Definición del objetivo y ámbito y análisis del inventario- 14042 Evaluación del impacto del Ciclo de vida- 14043 Interpretación del ciclo de vida- 14047 Ejemplos de la aplicación de iso14042- 14048 Formato de documentación de datos del análisis)


  • Etiquetas ambientales (14020 Principios generales- 14021Tipo II- 14024 Tipo I – 14025 Tipo III)

  • Términos y definiciones (14050 Vocabulario)


Así las cosas una empresa que certifique su gestión ambiental y que logre un sello ecológico/ambiental para sus productos puede considerarse VERDE.


Grafica Nro. 3: Ilustración – Síntesis de una empresa verde. Rivas, 2010.


En cuanto a su creación, estructura y operación  en general las empresas verdes siguen la misma dinámica de las empresas tradicionales, sin embargo, se diferencian (empresas verdes) en su incorporación de la gestión ambiental a todos sus procesos y productos.

Goleman (2009) dice que las empresas con inteligencia ecológica (VERDES) se diferencian de las demás (en tránsito) porque mientras aquellas están en la época del mero cumplimiento (negocios de las exigencias ambientales), los empresarios verdes son capaces de ver oportunidades de negocio e incorporar objetivos ecológicos en su misión.



  
La historia que ilustra este avance significativo. Nos llega de Europa, y su protagonista es la compañía EOSTA, cuyo lema es: where ecology meets economy, cuya traducción es “donde la ecología se encuentran con la economía”

Caso 1. Noticia. Las Naranjas de Clima Neutral por Eosta.


Desde esta semana (12/03/2009) un montón de jugosas naranjas orgánicas Nature and More están disponibles. Estas naranjas de Egipto no sólo son certificadas por Comercio Justo, sino también son totalmente inocuas para el clima. Por ello se les dice clima neutro.

Con referencia a las preocupaciones de los consumidores en relación con el cambio climático en todo el mundo Eosta lanzó - como la primera en Europa – productos orgánicos de clima neutral durante el año pasado. Además de las naranjas de Egipto el surtido incluye también las manzanas y peras de Sudamérica, cítricos procedentes de Sudáfrica, tomates de los Países Bajos y kiwis de Nueva Zelanda.
 
La gama de productos inocuos para el clima de Eosta puede ser reconocida por la etiqueta TUV-Nature and More "clima neutral".. Esta etiqueta significa reducción, publicación y compensación de todas las emisiones de gases invernadero en la cadena (producción, transporte, refrigeración y envasado). Eosta coopera a este respecto con la organización hermana Soil & More, que inició proyectos en todo el mundo, en la que los residuos orgánicos se convierten en humus.
 
Según Volkert Engelsman, fundador y director de Eosta, aún hay más ventajas. "En primer lugar, los agricultores tradicionales puede utilizar este humus en lugar de un caro, mineralizado fertilizante nitrogenado, cuya producción cuesta mucha energía. En segundo lugar, los agricultores pueden vender este compuesto a terceros y, además, reciben ingresos adicionales sobre la base de los derechos de emisión derivados de este proyecto, de conformidad con los reglamentos del clima de las Naciones Unidas”.
 
Además Soil & More tiene cuidado de un mayor contenido de humus en el suelo, que se une el carbono de la atmósfera. Los derechos de emisión obtenidos por Soil & More en la forma de "créditos de carbono" son utilizadas por Eosta para compensar completamente las emisiones liberadas por cultivo, procesamiento y distribución. 




EOSTA  es un distribuidor de frutas y verduras  orgánicas al menudeo líder a nivel internacional[ii], con tres objetivos básicos: Mejoramiento del ambiente, la salud  y la responsabilidad social, maneja una cifra de negocios de 100 millones de dólares.

EOSTA ha institucionalizado  tres postulados fundamentales

  1. Conoce tus efectos
  2. Favorece las mejoras
  3. Comparte con otros lo que aprendas


Si el consumidor adquiere una naranja de EOSTA se encontrará con una etiqueta autoadhesiva con un número de tres cifras. El consumidor tiene la oportunidad de consultar en internet en el sitio http://www.natureandmore.com/  se ingresan los números de la etiqueta y el sistema le presenta un mensaje del agricultor que cultivó el producto, su perfil de operación y sus meritos en las practicas amigables con el ambiente. Es lo más sano que yo haya visto en trazabilidad y confianza el consumidor. El sistema opera muy bien y si alguien desea probarlo lo puede hacer. (Yo lo probé)

De acuerdo con Engelsman - Director de EOSTA- Se trata de tender puentes entre productores y consumidores para que se conozcan sus aportaciones. Comentando acerca de esta empresa Goleman (2009) dice: Mientras que para muchos distribuidores de alimento un plátano es un plátano, Engelsman ve un beneficio adicional en la personalización de la relación  entre consumidor y productor. Engelsman dice que su “clientela pertenece a un grupo exclusivo  de gente preocupada por la salud, el medio ambiente y los problemas sociales” y agrega que su objetivo no es competir con precios bajos, más bien busca capitalizar los beneficios de sus productores que no solo son orgánicos sino que también son social y ambientalmente responsables.

En los casos en que una fruta o verdura proveniente de un productor X alcance calificaciones más altas en la escala de EOSTA, se venden a mayor precio y los incrementos pasan directamente al productor, porque EOSTA cobra una comisión fija; lo que se le da al productor es una especie de recompensas por sus buenas acciones.

Lo visto hasta ahora confirma que EOSTA cree en el poder del mercado transparente, tanto en la cadena de costo como en la calidad de sus frutas y verduras. Una de las formas en que EOSTA pone en práctica dicha transparencia se puede ver en el sistema que ellos llaman “rastrea y comunica”.

En todas las frutas y verduras que venden puede rastrearse al productor específico que las cultivó y muestran siempre la calificación alcanzada por el producto. En la actualidad, los consumidores que se preocupan por la salud, el medio ambiente o los problemas sociales pueden brindar apoyo a estas causas haciendo donativos a organizaciones como Greenpeace[iii].

EOSTA hace un gran esfuerzo por calificar sus productos y contrata expertos en nutrición y efectos ecológicos para evaluar todos los cultivos de frutas y verduras que vende; auditores independientes evalúan las características, por citar un ejemplo de una naranja en las tres categorías a fin de asignarles una calificación. Las calificaciones ambientales giran en torno a las prácticas de conservación de agua, preparación de composta y otros indicadores de las mejores prácticas de la agricultura orgánica, los agricultores realizan visitas a todas las granjas agrícolas cuatro veces al año. Dos visitas sin anunciarse y dos programadas[iv].

1.4. Las empresas que están en transito- Empresas con sensibilidad ambiental en germen.

Hay empresas que si bien es temprano para darles el calificativo de verdes, sin embargo, es pertinente reseñar sus acciones a favor del medio ambiente.

Caso 2. Noticias de empresas en tránsito a la armonía con el ambiente.
¿Qué tendrán en común las empresas Netflix, Apple y Peet´s Cofee? Puede parecer que nada, pero en realidad es que son de las pocas empresas que a pesar de la recesión y crisis económica han podido seguir incrementando el valor de sus acciones. La pregunta es ¿Cómo lo hacen?

Una de las posibles respuestas a esa interrogante puede ser que las tres empresas tienen en su filosofía de negocios una conciencia ecológica y hasta cierto punto prácticas y políticas “verdes”, sin ser empresas medio ambientalistas como tal.

Netflix es la empresa cero residuos por excelencia, ya que no surten ningún producto físico, no utilizan empaques ni materias primas, ya que el servicio que brindan es una suscripción para ver películas, sin tener que ir a las tiendas de video lo cual incrementa la contaminación al usar el automóvil.

La empresa Peet´s Coffee ha incrementado sus acciones en un 10% desde el mes de Noviembre, sorprendiendo a cualquiera que piense que el café mañanero en una cafetería sería un lujo del que inmediatamente se prescindiría.

La empresa ha certificado su planta de tostado con el logotipo LEED, lo cual es un indicio de su conciencia ecológica, además de mantener una relación comercial justa con los productores de café. Se puede deducir que las prácticas con conciencia ecológica atraen a los inversionistas lo cual ha hecho que esta empresa crezca en tiempos económicamente duros.

La ventaja “ecológica” de Apple y sus productos es que ayudan a los consumidores a generar ahorros de dinero, energía y tiempo al utilizarlos.

Fuente: http://www.dforceblog.com/2009/03/25/las-empresas-verdes-sobreviven-a-la-recesion/


Si bien muchas empresas no deberían considerarse en el catalogo de empresas verdes, es importante resaltar que algunas realizan acciones que precisan algún tipo de reconocimiento. Han entendido parte de la importancia del medio ambiente, y realizan aportes, financian  programas medioambientales, integran parte de su estrategia a alguna causa ambiental. Generalmente cumplen lo que es legalmente exigible desde el punto ambiental, sin embargo, no han dado el paso para hacer lo que hemos dicho desde el comienzo del diplomado, es decir que los negocios primero serán exigiblemente ambiental, después concertadamente ambiental y por ultimo espontáneamente ambiental.

Muchas empresas van  en la fase 1, es decir, lo exigiblemente ambiental (lo que la ley exige para no cerrar una empresa), es más, muchas empresas han avanzado y están dando pasos mostrando acciones positivas en lo medioambiental, a esas empresas  este modulo las denomina “Empresas con sensibilidad ambiental en germen”, cumplen la legislación y han iniciado el camino hacia la segunda fase, a saber que sus negocios sean concertadamente ambiental, es lo que tiene que ver con la certificación voluntaria (ISO 14000, certificación forestal voluntaria, etc.).

Caso 3. Reportaje. Políticas de sostenibilidad de Procter & Gamble.
Procter & Gamble se ha fijado como objetivo integrar la sustentabilidad  a la estrategia corporativa. En tal sentido, Len Sauers Vicepresidente de sustentabilidad mundial de Procter & Gamble afirma “En nuestro programa de sustentabilidad, utilizamos todo el tiempo la Evaluación del Ciclo de Vida”. Esta empresa realizó análisis detallados del ciclo de vida  en cuanto a los efectos relacionados con el consumo de energía de todas sus líneas de productos desde pañales desechables hasta champús. El resultado fue que la mayor afectación ambiental se daba no en la extracción de materia, o el transporte, sino durante la fase en que los consumidores usan ciertos productos. El factor más crítico era la necesidad que tenían los consumidores de calentar el agua para usar los detergentes para lavar la ropa. Esto suponía un alto consumo de energía.

Como respuesta a lo anterior, la Unidad de Investigación y Desarrollo de Procter & Gamble creó el Tide para agua fría, un detergente para ropa, que limpia las prendas de vestir sin que haya necesidad de calentar el agua en la lavadora, esto según los cálculos de Len Sauers Vicepresidente de Procter & Gamble, el consumo de energía eléctrica de los hogares Estadounidenses se reduciría en un 3% si usaran este producto. Los ahorros estarían representados en las siguientes cifras: reducción de 90 mil millones de kilovatios-horas, disminución de 34 millones de toneladas de la cantidad de bióxido de carbono que se libera a la atmosfera (más o menos equivalente al 8% del objetivo fijado para los Estados Unidos en el protocolo de Kioto).

Otras de las mejoras realizadas por Procter & Gamble se refiere a la iniciativa de compactación, la cual consiste en obtener el mismo efecto con menos cantidades de sus productos. El ejemplo es el de un detergente líquido que sugería media taza de producto por carga de lavadora; se encontró que con el nuevo proceso basta agregar un cuarto de taza. Eso significa que la botella que se diseña y fabrica es más pequeña, necesita menos materiales de empaque y envío, en efecto podría obtenerse mayor ahorro de energía si se incrementa la eficacia del transporte. En ese orden de ideas, Len Sauers Vicepresidente de sustentabilidad mundial de Procter & Gamble, agrega: Si se hiciera lo mismo con todo el detergente para ropa que se consume en los Estados Unidos, eliminaríamos del sistema 70 millones de kilogramos de materiales por los que  dejaría de usarse y se ahorrarían  unos 60 millones de kilómetros de distribución.

Unas de las motivaciones más importantes para empresas como Procter & Gamble ha sido el programa  de empaque ecológico  de Walt Mart; el cual exige a sus proveedores reducir el tamaño del empaque el mínimo.

Fuente: Adaptado de GOLEMAN, Daniel, en Inteligencia Ecológica, paginas 204-206 D.R. Ediciones B, S.A, México D.F.  2009.


1.5. RESPONSABILIDAD AMBIENTAL DEL INVERSIONISTA.

1.5.1. La responsabilidad ambiental del inversionista. Enfoque de proactividad[v]

Si queremos cambiar el mundo realmente es preciso adoptar actitudes que tengan impacto directo en la causa de los problemas, tradicionalmente son las empresas en el mundo las que direccionan el consumo que de alguna manera genera impactos antropicos. Si alguien en calidad de inversionista desea que no se sigan arrojando más desechos  plásticos a las fuentes hídricas, seguramente debiera pensar en crear un producto biodegrable. Si un grupo de inversionistas ven con preocupación que el calentamiento global generado por los gases de efecto invernadero está dañando el planeta, la solución desde el punto de vista de la proactividad, no es pagar solamente para que se haga captura de carbono, sino que la responsabilidad ambiental del inversionista exige que este tenga que solucionar el problema de raíz, atacar al problema en la causa.  Es decir invertir es empresas que no generen ese tipo de impacto.

Es aquí donde adquiere pertinencia la proactividad, ¿cómo insertar la proactividad en el análisis? veamos la siguiente descripción.

La proactividad es la actitud más responsable de un ser humano, el ser humano, es activo a futuro, él prevé la situación, pero a través de la acción busca cambiar el rumbo de las cosas: ponerlas a su favor o hacer que sean diferentes, es adelantarse al futuro probable y construir un estado de cosas que le permita tener el control de las reglas de Juego. Es la actitud de anticipación a las amenazas y oportunidades que se anuncian en el horizonte con el fin de corregir la ruta sin por ello abandonar el rumbo. Además de prepararse para minimizar el impacto; en la acción proactiva el ser humano busca ubicarse en una posición desde la cual tenga posibilidad de maniobrar y no ser sorprendido.

Es provocar los cambios, y no solamente prepararse para enfrentarlos. Para esto hay que tomar la iniciativa, pero no es suficiente con tomar la iniciativa, se requiere asumir la responsabilidad, el compromiso “de que las cosas sucedan, decidir en cada momento lo que queremos hacer y cómo lo vamos a hacer” (Víctor Frankl, 1946)

Cuando relacionamos todos estos comportamientos descritos anteriormente; con el medio ambiente y la ecología, observamos que eso que realizan los seres humanos y la forma como se comportan contiene gérmenes de negocios. Muchos de los negocios que existen hoy día están orientados a resolver problemas causados por comportamientos pasivos o reactivos, es el caso de la problemática de salud por consumo de productos contaminados.

En el caso cuando la actitud del ser humano es proactiva, lo que busca es evitar que se presente el problema, o generar estrategias para enfrentarlo en caso de presentarse, es el caso de la empresa que se crea para elaborar y comercializar productos con sello verde, los cuales han tenido un proceso natural de producción no sometido a ningún tratamiento químico (síntesis), esto se hace para evitar que aparezca la afectación negativa por consumo de productos basados en químicos de síntesis. También adquiere pertinencia el caso de los alimentos 100% naturales provenientes de agricultura ecológica, que no crean la incertidumbre de los alimentos manipulados genéticamente / transgénicos.

Es proactivo el ecoturismo que busca brindar alternativas de una vida sana en armonía con la naturaleza. En tal sentido, generar recursos mientras se protege el ambiente.

Es proactiva la empresa que se dedica a brindar servicios sobre proceso de ecotiquetado para productos, o también la empresa que orienta su producción a través de procesos amigables con el ambiente, todas estas acciones pueden insertarse dentro del plano de la proactividad y explican las razones para la existencia de negocios verde. Si yo cambiara cambiaría el mundo, si los inversionistas cambiaran tendríamos otros escenarios en el calentamiento global. La fuerza impulsora de los negocios amigables con el ambiente, lo constituyen la proactividad que basa parte de su accionar en la responsabilidad ambiental del inversionista, esto es lo que lo lleva a crear, apoyar y financiar solo negocios que sean ambiental y socialmente responsable.

El caso de EOSTA es un ejemplo, fue una empresa creada por un grupo de personas con una visión ambiental, entre ellos ENGELSMAN quien es un empresario ecologista de tiempo completo, es mucho más fácil ser amigable con el ambiente cuando la inversión tiene una consideración ambiental de fondo; las empresas tradicionales (ya creadas) que buscan hacer el transito a empresas amigable con el ambiente generalmente se chocan con la negativa de sus inversionistas que no tenían previsto el componente ambiental y que según ellos muy probablemente disminuya su rentabilidad en el corto plazo; sin embargo, esas dudas se disiparan cuando veamos la fuerza que pueden tener los consumidores y su incidencia en el florecimiento o en la desaparición de empresas en el siglo XXI.

La responsabilidad ambiental del inversionista es crucial para lograr que haya más empresas y productos verdes. Es un tema que merece mayor profundización, lo cual desborda el alcance de este modulo.


1.6. LOS CONSUMIDORES VERDES


La situación del mercado mundial señala que evidentemente hay un gran segmento de la población que está dispuesta a consumir productos verdes. “El 54% de los consumidores señalan la sostenibilidad y el respeto al medio ambiente como uno de los atributos de los productos que más valoran en el proceso de toma de decisión de compra[vi]”.

Los consumidores verdes están distribuidos por el mundo, con una concentración más visible en países de Europa y Norteamérica, el perfil más común es que tienden a ser personas mayores de edad que cuentan con ingresos y niveles educativos altos. Sin embargo, otros estudios muestran que la generación más joven está abierta a desembolsar más dinero para conseguir un futuro más verde. Así los menores de 45 años están mucho más concienciados por la protección del medioambiente (69%) que los mayores de esta edad (62%). Los jóvenes son también más receptivos a la hora de pagar más por productos respetuosos con el medioambiente (41%) de lo que lo son los mayores de 45 años (31%)[vii]. La Encuesta Greendex 2009 de National Geographic  y GlobeScan estableció incremento de conductas verdes en consumidores de 17 países a nivel mundial. 

El compromiso con el medioambiente influye en la decisión de compra de los consumidores mucho más de lo que creen los directores de marketing, según un nuevo estudio publicado por la agencia de marketing integrado Gyro International. Contrariamente a las previsiones resultantes de la desfavorable situación económica, este estudio demuestra que lo “verde” sigue siendo una razón de peso en la decisión de compra[viii].

En tal sentido, los consumidores en general sean verdes o no están llamados a cambiar la realidad del mundo a través de su poder de decisión. “El mercado es una democrática caseta de votación, si así lo elegimos. Nosotros, los consumidores podemos decidir qué compañía florecen  y cuales fracasan”, la frase anterior es de John Perkins, autor del best sellers Confessions of an Economic Hit Man. En la frase resulta evidente la importancia que este asigna a los consumidores.

En el mundo de los negocios verdes, los consumidores deberían tener un papel más protagónico, el movimiento ecologista tienen en sus bases consumidores conscientes del daño ambiental y la reducción de la biodiversidad como presupuesto básico para la vida; en respuesta a ello exigen que las empresas cambien su desempeño ambiental.

En esencia ese era la fuerza impulsora que movía a producir de manera ecológica, sin embargo, la resistencia de las empresas a escuchar los clamores de unos consumidores que hasta hace mucho parecían débiles hizo que emergiera el marketing ecológico, para convencer a la alta gerencia de las ventajas de una producción ecológica, y del atractivo comercial para los bienes y servicios generados al amparo de esta creciente manera de producir amigable con el ambiente.

No obstante, lo que ha ocurrido en muchos escenarios es que las empresas efectivamente no han transformado sus productos, sino que les han aplicado “cosméticos” y han salido a promocionarlos como ecológicos.

Dicho de otra manera han adicionado alguna pequeña ventaja ambiental, los han cubierto con un “rotulo de verde” y les han aplicado técnicas de marketing, sin embargo en el fondo los productos siguen iguales.

Por otra parte se evidencian verdaderos avances en la elaboración de productos verdes por parte de muchas empresas, las cuales elaboran bienes  que en efecto llevan consigo consideraciones de un profundo respeto por el ambiente, productos que involucran cuidado por el medio natural y la salud humana.

Sin embargo, la mayoría de las veces el consumidor asiste al mercado con pocos elementos para tomar la decisión de compra, tornándose débiles y vulnerables ante inescrupulosos que muchas veces lo asaltan en su buena fe con lavados ecológicos disfrazados de marketing.

En este sentido se presentan afirmaciones, que hasta aparecen en las etiquetas de los productos sin que tengan soporte; Goleman (2009) nos comenta que en esta categoría se mencionan productos que dicen tener eficiencia energética sin que exista un respaldo para dicha afirmación; muchas compañías hacen afirmaciones muy vagas, tales como: “el champú ecoconsciente”, el insecticida “sin sustancias químicas”, esto es una farsa, porque en esencia todos los productos poseen algún elemento químico, el asunto que hace la diferencia es, si dicho químico es de SINTESIS o por el contrario de origen natural inocuo para la salud humana, porque ¡aun! elementos químicos como el arsénico pueden hallarse en productos naturales.

Otras afirmaciones irrelevantes se refieren a aquellas etiquetas que dicen no  usar CFC, si bien eso es positivo, debe entenderse que eso ya es algo normal, ningún producto debería usarlo desde la década de 1970 cuando fueron prohibidos. Lo que hace el anuncio es desconcentrar al consumidor de los elementos más dañinos que puede tener el producto.

Los consumidores tienen un gran poder que muchos ignoran. Hace mucho tiempo era difícil unir a consumidores en un solo día; sin embargo, hoy,  gracias las TIC  en menos de un día podemos reunir a millones de personas en torno a un tema; eso les da a los consumidores un poder de proporciones no sospechadas. Por esta razón se pierde mucho tiempo reclamando a las empresas, a los gobiernos y a los tomadores de decisión para que modifiquen sus comportamientos ambientales o intervengan para que otros cambien su desempeño ambiental; sin embargo,  en manos de los consumidores hay un poder inmensamente grande, así lo advirtió John Perkins en cita referida en precedencia, en la cual afirman que los consumidores pueden decretar el florecimiento o el fracaso de las empresas.

Sin embargo,  el ciudadano no es consciente de su protagonismo, es un invalido que no se da cuenta que ya puede caminar, las nuevas tecnologías, los movimientos ecológicos y la misma naturaleza lo han habilitado para caminar; sin embargo, acostumbrado por mucho tiempo a sufrir los condicionamientos de empresas, gobiernos y emporios comerciales, el individuo no se da cuenta que ahora puede abrir y cerrar empresas, hacer que emerjan nuevos conceptos de negocios o que se caigan proyectos faraónicos que no respectan el medio ambiente.

Aquellos gobiernos que no son afectos al ambiente podrían tambalear y caerse si los individuos se hicieran más conscientes del poder que se les ha otorgado; “Un estudio reciente titulado Our Green World llevado a cabo por la agencia TNS Sofres muestra que un 78% de personas cree que la situación medioambiental del planeta es mala. En Francia la cifra se eleva a un 92%. Sin embargo, los consumidores no relacionan sus compras con la posibilidad de cambiar el rumbo de las cosas y cuestionan la credibilidad tanto de las empresas como de los líderes de opinión en relación a los temas medioambientales[ix]

Dentro de las definiciones que se dan para consumidor verde se encuentra la siguiente  “un consumidor interesado en tener el menor impacto negativo sobre el medio ambiente y traslada este interés a sus decisiones de compra. Los consumidores verdes por lo general son personas bien informadas y buscan estar al tanto sobre las políticas ambientales de las empresas. Les gusta compartir esa información con su entorno, para así recompensar a las empresas que muestran un comportamiento más amigable con el medio ambiente[x].

Sin embargo, el consumidor puede vivir engañado; la información que recibe es  incompleta, parcialmente cierta, esta información en la información que le llega hay muchos sesgos y una suerte de entramados que hacen difícil al ciudadano consciente ejercer su poder real. Si tuvieran información crucial seguramente tendrían elementos de juicios para ejercitar su poder en el mercado y trastocar muchas cosas que hoy día padecen. A continuación la historia de las grasas son presentadas como un ejemplo del papel de la información en manos de los consumidores como elemento fundamental para cambiar productos en el mercado.

Caso 4. Relato. La historia de las grasas trans.
Las grasas trans fueron patentadas en 1903, su aparición en la culinaria Francesa, hizo que los productos horneados conservaran su humedad durante más tiempo, la maravilla de las grasas trans les daba a las galletas y pasteles  un periodo de vida más largo  en los anaqueles; permitiendo que las cortezas de las donas permanecieran de manera deliciosa, firmes y fáciles de masticar.

Se disfrutó por mucho tiempo de las bondades aparentes de las grasas trans o grasas hidrogenadas, de su versatilidad para conservar y darle buen aspecto a las comidas. Era la consentida de la cocina.

Sin embargo, en 1993 un artículo publicado en la revista médica Lancet puso al descubierto el efecto negativo de las grasas trans en la salud humana. Los investigadores de esta Universidad Británica verificaron la muerte de 939 enfermeras por causas cardiacas, al concluir el estudio los investigadores calcularon que dejar de comer grasas trans y en su lugar consumir grasas no hidrogenadas reducía 53% las posibilidades de sufrir una enfermedad cardiaca.

Sin embargo, aunque los investigadores estaban al tanto de esto el público consumidor ignoraba estos asuntos, tanto así que en el año 1997, en un artículo titulado Associated Press que pretendía dar a conocer los resultados del estudio de Lancet, cuando se hizo referencia a las grasas trans,  se uso  la siguiente frase “algo llamado grasas trans”. Lo cual suponía que probablemente era la primera vez que era conocida por los lectores-consumidores dicha palabra.

En efecto la información se extendió rápidamente y simultáneamente se agregaba mas acervo investigativo que evidenciaba la amenaza a la salud humana que constituían las grasas trans.

La FDA (Food and Drug Administration) de los Estados Unidos publicó en el que se calculó que si se retiraban  las grasas hidrogenadas (trans) de la margarina y otros alimentos, se podían prevenir alrededor de 7.000 muertes al año  en Estados Unidos. El informe sugería que si se  indicaba en la etiqueta del producto, que éste contenía grasas trans podría ejercer un efecto significativo al ofrecer a los consumidores una forma de elegir opciones más sanas.

Para confirmar de manera definitiva los efectos perjudiciales de las grasas trans, en el año 2001, el Instituto de Medicina, una dependencia de la National Academy of Sciences (Academia Nacional de Ciencias) publicó un informe en el cual se confirmó que las grasas trans estaban fuertemente asociadas a las enfermedades cardiacas, dado que incrementaban el colesterol de las lipoproteínas de baja densidad que tapan las arterias, y sentido contrario reducían las lipoproteínas alta densidad, es decir. Disminuían el colesterol bueno que limpia las arterias. Por eso se concluyó que ningún nivel de grasas trans era seguro.

Aunque la FDA (Agencia para la Administración de los Alimentos y los Medicamentos) de los  Estados Unidos, había iniciado un proceso para exigir que en las etiquetas de los alimentos se revelara su contenido de grasas trans; los fabricantes de alimentos adelantaron su oposición a hacer esto, porque argumentaban que sencillamente no existían buenos sustitutos que hicieron los “milagros” de los aceites hidrogenados, y en caso de hacerlo, una cantidad muy grande de productos perderían el sabor, la textura y la duración en el anaquel, factores atractivos para el cliente. En estas consideraciones parecería no importar la vida y la salud humana. Sin embargo, la información se extendió rápidamente a los consumidores quienes tuvieron amplia información sobre los efectos dañinos de las grasas trans.

Hubo personas responsables en la industria alimenticia  que intensificaron sus investigaciones para encontrar alternativas (sustitutos) que aportaran buen sabor, textura y que en general sirvieran para reformular sus productos. Los resultados fueron satisfactorios, porque cuando la FDA hizo exigente las indicaciones respecto de la cantidad de grasas trans contenida en un producto, las principales  empresas de alimentos ya habían encontrado como suprimir el uso de aceites hidrogenados (grasas trans) y etiquetaban orgullosamente sus productos con la leyenda “Sin grasas trans”.

El efecto en la fabricación y el consumo fue evidente, en el año 2007 la famosa cadena de comidas rápidas Dunkin`Donuts, y un gran cantidad de empresas anunciaron que eliminarían  las grasas trans de sus recetas, incluso de las donas, que fueron el producto más representativo de la era TRANS.

El fin de la era TRANS en la culinaria ya había llegado a su fin, durante más de un siglo las grasas trans habían sido las consentidas de la cocina, elevadas a la categoría de ingrediente mágico conferían humedad, frescura y firmeza duraderas a cientos de productos; no obstante en apenas una década se acabo su hegemonía; el conocimiento de sus efectos nocivos trasladado a la conciencia colectiva hizo que emergiera un sentimiento negativo hacia este producto otrora mimado, ahora odiado. Tanto que la costumbre de rechazarlo convirtió en ley su prohibición en algunas localidades.

El gobierno (EE.UU) federal, aunque exigió que en las etiquetas se indicara los niveles de grasas trans, nunca prohibió su uso; sin embargo, lo realmente pertinente de esta historia y la forma como se conecta con nuestro análisis, es que el mecanismo que hizo que los aceites hidrogenados desaparecieran fue la información que llego a manos de los consumidores.

Las grasas trans se han convertido en un ejemplo de la poderosa fuerza del consumidor cuando posee información amplia y suficiente.

 Fuente: Adaptado por RIVAS José Fredys, de Goleman, 2009. Disponible en   Inteligencia ecológica.


Hemos dicho que el consumidor tiene un poder que desconoce, sin embargo, al analizar la situación del consumidor nos damos cuenta que este, no ejercita su poder porque en muchos casos hay falencias de información, de acuerdo con un estudio realizado por Procter & Gamble un 10% de sus consumidores estarían dispuestos a pagar más por un producto si supieran que este tiene un mejor desempeño medio ambiental, el estudio concluyó también, que si el precio se mantiene igual, pero el nivel de sustentabilidad del producto es alto estarían dispuesta a incrementar sus compras en un 75%.

Engelsman[xi] como director de la empresa EOSTA (www.eosta.com) anota que su empresa está interesada en que sus clientes usen su poder adquisitivo en apoyo de lo que creen y solo pueden hacerlo brindándole información completa, toda la historia detrás de sus productos tal como quien la cultivó, y una calificación triple de calidad que refleja el lugar que ocupa en cuanto a cualidades ambientales, sociales y de salud respaldan sus productos, amén de las certificación ecológicas que poseen.

El termino información completa valida lo que hemos venido anotando, sobre la importancia de unir el último eslabón para que los consumidores ejerzan todo su poder y capacitar de sacar y poner productos en el mercado, así como abrir y cerrar empresas basados en un avanzado estado de conciencia ambiental y social.

Sin embargo, con los productos actuales y las herramientas con que se cuenta no es fácil ejercer un poder total del consumidor; por ellos en algunos círculos se abre paso la propuesta de que los productos generen una especie de códigos de barras que al ser deslizado por algún aparato disponible en los sitios de compra, arroje la información del producto, su historia, análisis del ciclo de vida y desempeño ambiental. Con esta información los consumidores tendrían en sus manos un poder suficiente para cambiar la dinámica económica a favor del medio ambiente.

Seguramente habrá quien opinen que este es una locura, no es fácil que se acepte una propuesta de tal naturaleza, y ¿porqué no?, pregunta Goleman  (2009)” ¿porqué no podemos conocer los efectos reales de todo lo que adquirimos cuando estamos decidiendo si lo compramos o no?” ¿Que esconden aquellos que no les gustaría ver sus productos al frente de una maquina los desnude y ofrezca toda la información para que los consumidores tomen su decisión?

El ejemplo de EOSTA en el cual tú puedes verificar la historia de un producto, es ya un buen augurio de lo que podrá ser el mercado. Es sano saber que tú puedes comprar seguramente porque la información del producto está a la mano y te permite decidir con claridad.



1.7. EL PAPEL DE LOS GOBIERNOS


Desde el principio de los movimientos ecológicos han existido gobiernos proambientales; el papel que jugó las naciones unidas en la estructuración de programas dedicados a la protección medioambiental fue posible gracias al impulso de algunos (pocos) países que contribuyeron a oficializar la agenda medioambiental

Las eventos de Estocolmo (Cumbre sobre medio humano), las reuniones de Rio de Janeiro (cumbre de la tierra), Johannesburgo, entre otras han sido impulsados por países, sin que con ello indiquemos que los gobiernos del mundo han sido proambientales; tradicionalmente la mayoría de los países han sido poco amigables con el ambiente.

No obstante, entrado el siglo XXI,  los gobiernos han tomado mayor conciencia ambiental, la mayoría de los gobiernos participan en la promoción de programas de certificación ecológica, apoyan la implementación de sistemas de gestión ambiental, cofinanciación procesos de mejoramiento de la calidad, así como investigaciones y desarrollo acerca del ciclo de vida de los productos.

Los países en la actualidad promueven la implementación de mejores prácticas ambientales; inciden en la creación de condiciones para que florezcan empresas que sean amigables con el ambiente.

En países de América Latina como Brasil, Colombia, México,  se han modificado las leyes para facilitar el florecimiento de negocios verdes; los gobiernos tienen un papel protagónico en el desarrollo sostenible; años de una cultura capitalista basada en el capital financiero; han instaurado reglas de juego donde se privilegia el capital financiero, en detrimento del capital natural y social; la realidad actual exige de los gobiernos que creen leyes, promuevan programas y proyectos que permita hacer emerger un clima de negocios amigables con el ambiental.

En países de Europa los gobiernos hacen múltiples esfuerzos por mejorar el clima de negocios para empresas verdes, en la legislación de la Unión Europea hay un fuerte componente de medidas proambientales, por ello quizás la Unión Europea tiene el mejor clima de negocios para que florezcan empresas verdes.

En los Estados Unidos país con una fuerte presencia de ONG ambientales que promueven a nivel mundial la armonía con el ambiente, sin embargo se genera un contraste con algunos  círculos oficiales que son opositores al tema ambiental, seguramente inspirados en intereses de grandes multinacionales  que ven en las exigencias ambientales una amenaza a sus ganancias a costa del medio natural y la salud humana.

Sin embargo, en los últimos años el gobierno ha comenzado a ser más proambiental; políticas medioambientales de mediano y largo plazo elaboradas en la administración Obama indican que seguramente en los próximos años habrá una revolución de los negocios en Estados Unidos y la agenda ambiental será protagonista.

China el gigante de Asia, ahora inicia a orientar su consumo de energía hacia aquellas fuentes más amigables con el ambiente. Seguramente cuando los  gobiernos chino  y norteamericano den luz verde a la ratificación de tratados medioambientales se creará tal demanda de productos verdes que los negocios verdes serán la OLA ECONOMICA más grande del mundo.

El papel de los gobiernos es sumamente protagónico en el desarrollo de los negocios verdes. La empresa privada seguramente tendrá su rol importante, sin embargo, a menos que los gobiernos faciliten y creen reglas de juego proambientales, no se podrá avanzar en la consolidación de una sociedad más amigable con el ambiente.






[1] La información de este capítulo es desarrollada a partir de, o tomada directamente de www.wikipedia.org




[i] Citado por http://www.revistamyt.com/myt/negocios/702-ipara-que-empresas-verdes-
[ii] http://www.eosta.com/index.cfm?vid=C07C4572-50FC-2BA0-86D18277DEC778B3
[iii] GOLEMAN, Daniel. Inteligencia ecológica, 2009.
[iv] IBID
[v] Basado en http://responsabilidadambientalysocial.blogspot.com/, autor JOSE FREDYS RIVAS
[vi] Citado en www.deloitte.com
[vii] http://www.masr.com.mx/que-tanto-conoces-al-consumidor-verde/
[viii] http://www.masr.com.mx/que-tanto-conoces-al-consumidor-verde/
[ix] Citado por http://www.pucp.edu.pe/invest/idea/bolet%EDn.htm
[x] Consumo responsable.  boletín N° 62 - diciembre 2009. Instituto de Estudios Ambientales, Pontificia Universidad Católica del Perú.
[xi] Citada por Goleman (2009), inteligencia ecológica.

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